sábado, 9 de noviembre de 2013

Carta a Dios

Pobre Dios te compadezco tanto, incapaz de ejercer tú voluntad sobre cualquier hombre, no se si seas él más egoísta al no dejarte ser visto por nadie ó la más temerosa, como quien observa entre las persianas y sólo calla, debe ser aburrido saberlo todo y carecer de la capacidad de curiosear y aprender, eres tan inmutable que no te es posible evolucionar, no se te permite cambiar y elegir una vocación, el estar en todas partes y no ser más que simple espectador te debe estar volviendo loco, ya que es una lástima que tu creación disfrute de la vida que anhelas, tú omnipresencia es tu condena, no puedes ir a dar un paseo, no hay lugar en el universo donde puedas ir a distraerte, no puedo ni imaginar lo solitario que te sientes por no poder interactuar con nadie en la Tierra, eres totalmente invisible para nuestros mediocres ojos incapaces de ver la divinidad, tú poder infinito no puede ni tocarnos ya que nosotros si somos finitos y estamos en diferentes espacios así como nosotros no podemos tocar la divinidad de igual manera tu magnitud es intangible para nosotros, solo eres un viajero que nos ve desde otra dimensión porque no tiene nada que hacer en su infinita soledad.
P.D. Ojala un día mueras y te libres de tú sufrimiento.

Atte. HazaeloO

miércoles, 6 de noviembre de 2013

Sonrisa

Trato de mirar lejos, más no puedo, te veo aun con los ojos cerrados, tu voz rebota dentro de mi cabeza y no me enloquece, es tan dulce que me conforta.
Mi lengua se paraliza con tu proximidad, el don de la elocuencia se desvanece por esa sonrisa singular aunado a los más hermosos ojos que jamás vi.
El pecho explota detenido únicamente por las costillas cuando me saludas, la sangre hierve recorriendo mi cuerpo en forma rítmica y placentera.
El corto circuito empieza, mi mente en blanco se encuentra, cualquier poeta podría decir en prosa una frase, más de mi boca no sale ni un suspiro.
Oh! Divino tormento me azota, todo en mi cabeza fluye de forma hermosa, conecto ideas con los sentimientos y formo los más bellos poemas jamás escritos.
Mente Platónica que no me deja llegar a ese mundo de ideas libres y traerlas para ti, no hay otro camino más que llevarte a él, compartir lo que siento y pienso; dejar de ser yo y ser nosotros.
Pero estas en un mundo que obliga separarnos,  voces ajenas retumban por todos lados y evitan que mis palabras lleguen a ti, tarde o temprano llegaran y minimizaran todo aquel ruido que solo estorba.
Solo necesito estar cerca para que me pueda perder en tus ojos mientras te pierdes por mis palabras que llegan como flechas cual cupido a tu corazón.
Entonces me convencí, de que la felicidad solo es concedida al que se atreve a inclinarse para tomarla.